Está fenomenal tener el deseo de mejorar, de ser mejor persona, de evolucionar, de cultivar nuevos talentos, descubrir nuestras potencialidades…Este es el espíritu que anima Cultivándome desde el principio.
Pero no te voy a negar, para ser sincera contigo, que en muchas ocasiones, me ha movido una herida, que he descubierto no sólo en mi, sino en más personas, y es la idea de no ser suficiente, de no estar suficientemente preparada, de necesitar “algo más”, aprender algo más, hacer algo más…para que te acepten tus padres, encajar en tu trabajo, prosperar en tu carrera…Nos percibimos a veces desde la carencia, y no nos sentimos suficientes.
Y creo que es porque nos hemos identificado con nuestra parte más pequeña en nuestra existencia: nuestro pequeño yo, nuestro cuerpo, nuestros problemas del día a día.
Pero, ¿qué hay de nuestro ser, de nuestra esencia? ¿Qué hay de nuestra conciencia de estar unidos y formar parte de algo más amplio, inteligente y poderoso? Cuando comienzas a enfocar tu atención en eso, en lo que tienes en común con el TODO, te das cuenta de que eres suficiente y más que suficiente. Que cuentas con todo lo necesario.
Para mirarte en el espejo de la naturaleza y empezar a comunicar con ella, lo tienes todo, estas completamente preparada, eres suficiente. Simplemente ábrete y re-descubre tus maravillas