Me gusta septiembre. Para mí tiene el regustillo de los nuevos comienzos.
Muchas personas sienten tristeza, o la famosa depresión postvacacional, pero en mi caso, esa especie de nostalgia que a veces siento cuando voy dándome cuenta de que el verano se acaba, suele venirme en agosto, ya avanzado, de forma que, cuando llega septiembre lo que siento es la emoción por un nuevo curso, y así me siento ahora.
Este septiembre es especial para mí porque inaugura una etapa nueva.
En el mes de septiembre están listos para recoger los frutos de muchos cultivos (me viene el sabor de los higos y de las moras) y es un momento de celebración por las cosechas. Es en este mes cuando comienzan las fiestas de la vendimia en muchos lugares de España, por poner un ejemplo.
También me siento así, de celebración porque el trabajo interior de los últimos años, y en especial de los últimos meses, por fin empieza a dar frutos para que los saborees. Uno de estos frutos quiero que sea el compromiso de publicar regularmente en esta web.
En el fruto encontramos las semillas. Y en una semilla está contenido todo lo necesario, toda la información, para que crezca una nueva planta, un nuevo árbol.
En el final de un ciclo, está le semilla del ciclo siguiente. Esta sabiduría nos la trae el número 9. Y no es casual que septiembre sea el noveno mes. Mes de novedades. Mes para renovarse. Hoy te traigo esta reflexión para celebrar el camino recorrido y brindar contigo por los nuevos comienzos.
También quiero contarte brevemente el plan-semilla para este nuevo curso.
Comenzaremos este trimestre con la Escuela INnatur en la que quiero compartir mi experiencia de interacción con la naturaleza de los últimos años.
Las próximas publicaciones serán una introducción, y te iré mostrando los pilares para entrenar y lograr una conexión profunda, que te permita llegar a comunicar y colaborar con la naturaleza.
Todos los terribles incendios de este verano, en España y a nivel mundial, en Amazonia, Siberia, Sudáfrica…, la amenaza del huracán Dorian en estos días, son señales fuertes de que es urgente un cambio en nuestra relación con el planeta, y que convierten en una responsabilidad el compartir mi visión y las habilidades que he ido cultivando en este tiempo.
Si también has sentido la necesidad de hacer algo, sin saber exactamente qué, ni cómo, porque la magnitud de las llamas y de las tormentas te hace sentir pequeño, pequeña,
quiero lanzarte ahora un mensaje de empoderamiento.
Recientemente, en una comunicación con el ser de una Higuera con el fin de prepararla para un transplante,
recibí este mensaje:
“Utilizad vuestra imaginación y el corazón para apoyar este proceso de cicatrización y de crecimiento en el nuevo lugar […]
Los seres humanos no sois del todo conscientes del poder de vuestra visión y de la imaginación”
Es hora de sostener la visión de un planeta en armonía, y de que podemos colaborar en la mejora del medioambiente, con relaciones de respeto entre todos los seres.
De poner corazón e imaginar unas relaciones nuevas, un mundo nuevo.
En la próxima publicación te contaré como comenzar la interacción consciente con la naturaleza.
Verás que todo comienza contigo mismo, contigo misma.
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