Cuando me senté a planificar esta nueva temporada en Cultivándome, me notaba deseosa de compartir cómo interaccionar y comunicar con las plantas y la naturaleza. Sin embargo, rápido me di cuenta, de que era necesario un paso previo: recordar la importancia de enraizarse primero en la conexión con uno mismo, conmigo misma.
Por eso, el primer programa que he ofrecido en la Escuela Innatur es el de Armonía en Tus Manos. Estoy súper contenta porque ya ha comenzado en su versión presencial y on-line.
Hoy quiero compartir contigo, un poquito de lo que estamos reflexionando en este espacio, acerca de la Armonía. Les hice estas preguntas a las participantes:
¿Qué es para ti la armonía en tu vida?
¿Qué sientes, cuando te notas en armonía?
Las respuestas que más se repiten son:
“siento que todo fluye”, “mi vibración está alta”, “noto que todo encaja”…
Reflexionando, nos hemos dado cuenta de que sentimos armonía (o no), en tres ámbitos: con uno mismo, con los demás en nuestras relaciones, y con el entorno (tanto el cercano, como el más amplio y lejano, cósmico). Y tenemos bien claro, que la clave de todo, está en el primero: cultivando la armonía con uno mismo. Reforzando la auto-conexión.
Desde esta semana estoy sintiendo de verdad la llegada del otoño, con sus nubes, llovizna, colores y hojas que empiezan a caer. Por fin este ambiente me invita a ir más hacia dentro, a sentirme, a interiorizar.
Sin embargo, noto que en el día a día, encuentro impedimentos. Hay elementos en mi vida que me están alejando de mí. ¿Te pasa también?
¿Qué está haciendo que te “escapes” de ti?
Quizá aquello que te está dificultando conectar contigo, con tu paz, con tu creatividad, te haya servido bien durante un tiempo. Pero puede ser que ahora, sea como las hojas de un árbol caducifolio…cambian en este momento de color, y poco a poco en estas semanas, naturalmente se desprenderán del árbol.
Te propongo hoy un ejercicio de desapego: observa tu vida, identifica lo que te está alejando de ti mismo/a, y dificultando conectar más y mejor contigo, y plantéate si ha llegado el momento de soltar.
Cuando hay apego, cuesta dejar ir. Da pena, da miedo…pero también es liberador. Me ayuda pensar, más que en lo que dejo o “pierdo”, en el espacio, la tranquilidad, la paz, la armonía que voy a crear.
Aprovecha la naturaleza del momento: es tiempo de exhalar y de interiorizar.
Por otro lado, imagino que estás al tanto de los recientes acontecimientos, de manifestaciones que terminan en violencia, de ambientes revueltos en Barcelona, Chile, Ecuador, Turquía, Siria, Venezuela…Si miro las noticias, me preocupo, me da tristeza.
¿Qué puedo hacer?, me pregunto.
Lo que se me ocurre es volver a mi centro y a mi paz interna. Mirar dentro de mí, qué hay que todavía necesita ser mirado, atendido, aceptado, limpiado. Lo que se manifiesta en el mundo es un reflejo de lo que interiormente tenemos. Por eso, creo que puedo actuar en mí: más razones para conectar conmigo, comprenderme, amarme, volver a mi centro, a mi paz, abrazar mi luz y mi sombra.
Puedes conectar con tu centro con un ejercicio que puedes descargar en el apartado de regalos de mi web. En diez minutos, te ayuda a reconectar con tu centro, tu armonía y con tu paz.
Si sientes que puede ayudar o interesar a alguien te animo a compartir este post.
Gracias por estar ahí y ayudarme a que crezca la comunidad de Cultivándome.
Te deseo un otoño de paz.
Anael