Natalia plasmó así su experiencia después del taller:

Tatiana- Ingeniera agrónoma y Profesora:

“Comparto con Ana mi amor a la naturaleza aunque haya elegido un espacio urbano para vivir. Para mí los parques son imprescindibles oasis de paz en medio del caos de la ciudad. Cuando mi mente ha estado muy alterada, un paseo consciente por un parque ha conseguido calmarla y traerla al momento presente al menos durante un ratito. Dando un paso más, siento la necesidad de devolverle el favor a la naturaleza. Quiero aprender a escucharla para poder atenderla, para subsanar los abusos cometidos. Me ha encantado participar en este paseo mágico que me acerca a mis objetivos. Y que me ha proporcionado un extra con el que no contaba: conectar con el resto de participantes del grupo. Como comentario adicional te diré que hasta que no cerré los ojos no me había dado cuenta de lo preciosa que es la voz de Ana: dulce y serena. Qué importante es cancelar este sentido para poder percibir por los demás!!"   

Eliana Perinat, Artista y Arteterapeuta:

“Quería aprender a conectar más con los árboles y con la experiencia del paseo me sentí más cerca de ellos, lo cual me llena de felicidad y conexión a la tierra. También pude sentir más sus diferencias "de carácter". Me gustó la metodología que nos diste para acercarnos...y el gran respeto que mostraste como seres vivos que son. Facilitas una estupenda meditación en la naturaleza, muy inspiradora y necesaria en los tiempos que vivimos.”   

Santiago Palazuelos:

“Antes de empezar el paseo-taller me sentía expectante, nervioso por lo que íbamos a descubrir, abierto e interesado. La experiencia fue como una catarsis, una relajación absoluta, me sentí mucho más abierto a mí mismo, en sintonía, en paz, conectado, alineado" - 

Llevo años explorando mi relación con los árboles, con experiencias de interacción y comunicación diversas. Y en ellas hay un denominador común: 

La invitación a recuperar el vínculo con ellos y a mirarlos con nuevos ojos. La sensación de sostén y de conectar con una conciencia muy sabia y amorosa.

Cuando pregunté a un Castaño de Indias, qué quieren los árboles de los seres humanos, me respondió:
"Que nos mires. Os necesitamos despiertos, atentos, conscientes"
 "¿Te das cuenta de cuánta vida convive en mí y alrededor de mí?  Ocupo mi lugar en este trocito de tierra, con mi singularidad. Nos une la Tierra, el amor, la luz y la sombra, el aire que respiramos, una vida en común y una historia. Os necesitamos despiertos y tranquilos, con el tiempo y la paciencia para mirarnos, e inspirarnos. Para dar flores y frutos aún más bellos y sabrosos. Nos nutrimos mutuamente y hacemos la vida más agradable, con más sentido".